Ayer, el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz inauguró el «reestiling» de la plaza que idearon Chillida y Peña Ganchegui. Tras muchísimos años de polémica, por fin la pieza de Chillida ha sido «liberada» y se puede acceder a ella (hasta ayer era imposible llegar e incluso verla debido a una reja colocada por motivos de seguridad).
Esta mañana al pasar por allí, he bajado las escaleras para ver y fotografiar la escondida escultura. Cuando la estaba observando, súbitamente -en la plaza- la gente ha comenzado a correr mientras la policía se acercaba y lanzaba pelotas (hoy es día de huelga general en Euskadi).
Yo estaba allí abajo, protegido por el totem de Chillida que me ofrecía su manto o, seguramente, quería decirme «tranquilo, después de 30 años a nadie se le va a ocurrir bajar aquí»